Uno de las funciones principales de la educación es desarrollar en el estudiante las competencias necesarias para integrarse con éxito en la sociedad en la que vive, es decir que pueda relacionarse con los demás, trabajar ya sea emprendiendo o empleándose de manera productiva y que cuente con la fuerza y la motivación para mejorar su entorno.
Si la educación no cumple esta función nos está quedando a deber y este propósito la obliga a marchar al ritmo de los estudiantes, es decir, a corresponder a su realidad tanto individual como social.
En pocas palabras, si la educación no evoluciona a la par que el ser humano deja de ser útil y la obsolescencia en los procesos de enseñanza-aprendizaje es aún más grave que la de los aparatos electrónicos. Nos hemos tardado en revolucionar los procesos educativos, los maestros dan clases a alumnos que ya no existen, porque el alumno actual percibe y procesa, aprende los contenidos de manera distinta.
Los mismos contenidos deben ser otros. La vieja función de informar es un sinsentido, el quehacer se eleva a formar, encauzar los análisis, promover la reflexión y convicciones. La función principal del maestro es generar la ambición del conocimiento. Educar es convencer al otro para que acepte probar, intentar, explorar los terrenos del aprendizaje en el campo que nos corresponde. Algunas características del aprendizaje actual: Se da por condición natural y no por una sola vía: mientras más vivencial, experimental, mejor. Mientras más sentidos se involucren, mejor.
El aprendizaje es un acto voluntario. Nadie aprende por obligación ni por motivos del deber ser. Aprender depende del querer, del interés provocado o surgido en el estudiante. El aprendiz de hoy sintetiza, incorpora, genera y aporta. El alumno actual necesita opinar, debatir, asimilar, aplicar como parte vital de su proceso: adiós clases con el súper maestro orador permanente. Establece relaciones entre contenidos de forma espontánea. El aprendizaje es colaborativo, público y accesible. Ya no existen dueños de los datos y claves y buscadores de información como se buscó en la edad Media el Santo Grial. ¿Qué tipo de maestro corresponde a este tipo de estudiante? Para variar, se requiere un súper héroe, que: Tenga una visión amplia Capacidad de profundizar Flexibilidad/adaptabilidad Sea apasionado por el crecimiento del otro y por el tema que enseña. Tenga capacidad de análisis y síntesis. Sea Creativo.
Al menos consuela que, según la Unesco, la flexibilidad, la capacidad de análisis y síntesis y la creatividad serán características exigidas en cualquier profesión. La pandemia mundial que ahora vivimos nos ha empujado al abismo y nos obliga, sí o sí, a cambiar aceleradamente hacia la evolución. Algunos tienen malos augurios, yo, personalmente creo que bien manejada esta nueva realidad nos acerca al proceso de toma de conciencia, porque si puedo librarme de la información que rodea mi tema, me libero de la necesidad de la memoria y me dedico al análisis profundo de conceptos, de cómo conducen al bienestar humano, de cómo nos explican, de cuál es su belleza, tengo la posibilidad de ser un maestro esencial, a la usanza de los antiguos griegos, de los dedicados hombres de ciencia y de aquéllos cuya vocación va seguida de su amor por el bien común y la plenitud de vida.
Escrito por:
Dra. Patricia Vidal
Directora de extensión universitaria. Universidad de Londres.
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