El 2020 se ha vuelto un año de retos, cambios constantes, bueno hasta estamos buscando “la nueva normalidad”. En resumen se habla mucho de ser o tener flexibilidad, frases como: enfócate en las soluciones, no en los conflictos; no te resistas al cambio, vivimos en un mundo diferente, deberías …, entre otras se han vuelto trilladas. Pareciera ser que todos estamos programados para atacar o ser atacados con nuestros pensamientos y ello nos impide aceptar la realidad y por lo tanto ser felices.
Para obtener resultados distintos desde ahora, comencemos definiendo qué es la rigidez mental, al parecer la contraparte de la tan necesaria flexibilidad de estos días. La rigidez mental está compuesta por esas verdades absolutas, las creencias que nos permiten dar respuestas inmediatas al otro; que implican no solo no escuchar, sino también no resolver, no llegar a acuerdos, crear conflictos, etcétera. Por ejemplo, pretender obtener resultados distintos realizando siempre la misma acción, en resumen, “un gasto de energía” y diferencias con el otro en todos los ámbitos.
Del otro lado de la moneda tenemos a la flexibilidad mental, que no siempre es tan sencilla para todos. La flexibilidad mental es la capacidad que tenemos, o deberíamos tener, para adaptar nuestras conductas y pensamientos a situaciones cambiantes o hasta inesperadas, por ejemplo: emprender, generar nuevos hábitos, buscar mejoras en procesos, etcétera. Y ponemos entre comillas todos, porque la realidad es que no es tan fácil hacerlo.
Somos rígidos y flexibles a la vez, aunque nadie se reconozca como “rígido” y solo lo veamos con facilidad en el otro. La rigidez mental anida en nosotros y nos impide avanzar y ello se manifiesta con una resistencia al cambio, a no aceptar la realidad que tenemos enfrente y ya es. Lo fundamental es aceptarla y ver cómo no pasar de ella sino a través de ella podemos continuar.
La posibilidad de elevar el nivel de flexibilidad o preservar la rigidez está en cada uno de nosotros, eres libre de decidir avanzar o quedarte en donde estás, la realidad no cambiará, solo la podrás aceptar o negar y entre más rápido hagas lo primero más podrás avanzar. Ello no implica cambiar radicalmente sino adaptarnos a las nuevas circunstancias que se nos presentan.
¡Enfócate en las soluciones, no en los conflictos!
Escrito por:
Mtra. Elizabeth Arredondo Quero.
Recursos humanos.
Universidad de Londres, Campus Ciudad Querétaro.
*El contenido de estos artículos son responsabilidad de quién de los escribe y no necesariamente comparte las opiniones de la Universidad de Londres Campus Querétaro.