Me contaron una historia muy conmovedora. El relato es que el año pasado existía un ventrílocuo que se llamaba Don Raúl, pero era más conocido en todos los lugares en que se presentaba como “Don Rul”.
Este singular trabajador tenía un don muy especial, porque junto con su muñeco de tela y accesorios reales de niño, podía entretener, hacer reír, enseñar moralejas y hasta uno que otro conocimiento. Todos le aplaudían; era querido por todos.
Pero este “artista”, aunque un poco exagerado, se sabía maestro de la actuación y de la comunicación. Basado en sus voces, miradas, muecas, movimientos corporales y hasta histriónicos, se ganaba la vida en conjunto con su muñeco de ilusión. Modesto, pero de digna y reconocida vida.
Un buen día las cosas cambiaron. El confinamiento y la pandemia llegaron. Tuvo que refugiarse en su casa. No había público, espacios, parques, salones; nada. Se deprimió porque su “acto original, único y sólido” había desaparecido en un solo fin de semana. No encontraba solución. Parecía que todos se habían olvidado de él. Llegó la desesperación. Tanto el muñeco como sus voces se apagaban, pero un buen día, al ir a la cama y dormir profundamente, soñó una historia formidable y reveladora. Visualizó que tenía que reinventarse, cambiar de materiales y de estrategias para recuperar a sus públicos. Por lo que tuvo que estudiar de mejor manera tecnologías y sistemas digitales, porque ahora esos eran los nuevos escenarios, los templetes y foros de aprendizaje.
Descubrió de manera mágica que sus públicos perdidos y ausentes estaban en los espacios virtuales. Estaban refugiados como él. Esto lo alegró de manera especial. Todo lo inició practicando con un acto inicial, uno más, otro adicional; no podía perder el tiempo. Recuperó la esperanza y ahora sus fans lo vuelven a ver, es verdad que “de otra manera”, pero empieza a adaptarse. El público cambió también, pero la función ya empezó. Se escuchan los primeros aplausos de este largo proceso. Es muy retador para todos los que están en la nueva normalidad, pero lo intenta todos los días. Su honestidad e inteligencia lo llevarán nuevamente a Ser “Don Rul”. Es como dicen las series de streaming “Nueva Temporada”.
Dedicado para todos los maestros y servidores que lo intentan todos los días.
Escrito por:
Mtro. Hugo Sánchez.
Psicología.
Universidad de Londres.
*El contenido de estos artículos son responsabilidad de quién de los escribe y no necesariamente comparte las opiniones de la Universidad de Londres Campus Querétaro.